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LA SEDUCCIÓN DE UN IMPOSIBLE

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LA SEDUCCIÓN DE UN IMPOSIBLE A C.B. La luz y el pinche calor de las 11 de la mañana me despiertan mientras un lastimero grito ahoga el vacío de ese cuarto. -¡Maldita jaqueca!- me quejo como señorita de la Condesa. Para acabarla de amolar la pinche puta se llevó mis tabacos y ni una chingada chela me dejó. "Así son todas las golfas" me respondo a mi mismo totalmente resignado. Bajo a la calle por mi desayuno. Tan solo unas papas y otra cerveza nomás pa' que se bajen. Compro mas cigarros y pongo un disco de Robert Johnson. ¿Qué más puedo pedir en estos momentos? Bocanada de humo, trago de cerveza y el recuerdo de aquella puta quitándose las bragas. Por un breve instante soy feliz... Abro mi correo electrónico; observo la foto de un Lamborghini murciélago color naranja. "...un automóvil rugiente, que parece correr sobre una estela de metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotracia" recuerdo aquél manifiesto de Marinetti mientras enciendo otro tabaco. Bocanad

PARA LA ETERNIDAD

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PARA LA ETERNIDAD I Dos lágrimas recorren las mejillas de mi madre ante un féretro que parece recordarle el apocalipsis de una vida. La veo, quiero consolar esa enorme pena que mutuamente nos derrumba. Resulta inútil, intento demostrarle que la mas cruel desesperanza no es el temor a la muerte sino a no morir nunca. Pero mis palabras se quedan en el vacío, el eco de mi retórica se pierde lastimosamente en la profundidad de su pena. Ella no reacciona... II Recuerdo claramente las hermosas tardes cargadas de síncopas y claves de fa en apetitosas tertulias; recuerdo bellamente aquél primer beso mientras en la pantalla Mastroianni se regodea ante varias hermosas mujeres; recuerdo bellamente aquellas discusiones en torno a la belleza de la maldad que el mismo Baudelaire insinuaría con vehemencia. Y ahora estás allí, llorando bajo el manto de una extraña noche cuya oscuridad rivaliza con tu pena. Igualmente te quiero consolar, pero me ignoras con la misma intensidad que la lluvia que